lunes, 11 de enero de 2016

El reality español más extremo es vasco


Sin tronistas. Sin Chabelitas. Sin ex concursantes de Gran Hermano o Gandía Shore. Así es El Conquistador del fin del mundo, el reality de aventuras más extremo emitido en España que regresa esta noche a ETB 2 con su duodécima temporada. Un reality puro, en el que no hace falta estar al tanto de las tramas de Sálvame para poder seguir el hilo. El formato, conducido por Julian Iantzi, destaca exclusivamente por la dureza de las pruebas físicas a las que se ven sometidos los concursantes que acceden a viajar a los territorios más inhóspitos del planeta, poniendo a prueba sus capacidades, y también por su impecable producción y realización. En esta edición, el equipo del programa se desplazó nada más y nada menos que hasta el Amazonas, donde se localiza el río homónimo que alberga las más exóticas especies de flora y fauna.

Producido por Globomedia, El Conquistador del fin del mundo pone en jaque la estabilidad física y emocional de su casting. Despojado de emisiones en directo, de plató y de un público decisivo que elige el destino de los concursantes en el programa, el programa vasco se asemeja más al concepto original del formato de Survivor que Supervivientes, la propia adaptación a nivel nacional. Las estrategias, las competiciones y la convivencia de los participantes, que son divididos en varios equipos, influyen directamente en su permanencia en el reality, al igual que juegan un papel fundamental los capitanes de cada formación. A pesar de que el público no tenga ni voz ni voto a la hora de expulsar a los concursantes, este es precisamente uno de los detalles que añaden emoción al programa de ETB, ya que los participantes pueden mostrarse tal y como son sin necesidad de interpretar un papel para conseguir el voto de los espectadores. 

A pesar de que Telecinco emitió la primera edición de Supervivientes en el año 2000 siendo fiel a la mecánica original del concurso, poco o nada queda de la esencia inicial del formato creado por Charlie Parsons en las nuevas entregas del reality que emite la cadena de Fuencarral. Tras pasar los derechos a manos de Antena 3 bajo el nombre de La isla de los famosos, el formato regresó a Telecinco en 2006. Desde entonces, los cambios que ha experimentado el programa de supervivencia han sido notorios, adaptándolo a las necesidades de la cadena hasta convertirse en los últimos años en una extensión del programa que presenta Jorge Javier Vázquez en las tardes de la cadena.

viernes, 8 de enero de 2016

"No me llames Pequeño Nicolás, llámame Fran"

Poco ha durado el silencio en la casa de Gran Hermano. Solo han pasado dos semanas desde que Sofía Suescun consiguiera alzarse con el ansiado maletín en la versión anónima del formato, pero el espectáculo ha vuelto a Guadalix de la Sierra para regalarnos grandes momentos televisivos. Telecinco no ha decepcionado y ha conseguido montar su propio “freakshow” (en el buen sentido de la palabra) tras el exitoso casting de la pasada edición, reuniendo a rostros tan dispares como los de Rosa Benito, Carlos Lozano, Rappel o Raquel Bollo. Lo más sorprendente de los concursantes de esta nueva entrega del VIP es la presencia de nombres estrechamente vinculados a la política como el de Carmen López, concejal de Ciudadanos, o el Pequeño “no me llames Nicolás llámame Fran” Nicolás. 

Como si de la gala de entrega los Oscar se tratara, Telecinco extendió anoche en el exterior de sus instalaciones una alfombra roja Palace por la que desfilaron todos sus concursantes. O mejor dicho, casi todos, puesto que el programa reservó el posado en el photocall para los concursantes más ¿VIP?, con entrevista previa en plató incluida a Rosa Benito, Carmen López, Julián Contreras, Sema, Rappel o el Pequeño Nicolás Fran. De esta forma, la puerta de Gran Hermano se abrió de par en par a lo largo de la noche en varias ocasiones para dejar al descubierto las luminosas escaleras blancas por las que bajaron algunos de los concursantes más mediáticos, los cuales aseguraban que entraban a la casa más famosa de la tele para mostrarse al mundo “tal y cómo son en realidad”. 

El primero de ellos fue Fran, precedido de una entrevista grabada que sirvió como cebo durante el primer tramo de la gala. Como era de esperar, los guionistas no podían dejar escapar la repercusión del joven que logró hacerse pasar por agente del CNI y jugaron repetidamente con los secretos que al estudiante se le podrían escapar durante su estancia en la casa, en relación a los conocimientos del concursante sobre asuntos de estado. Los primeros concursantes en entrar en contacto con la casa de Guadalix fueron Javier Tudela (hijo de Makoke) y Laura Matamoros (hija de Kiko Matamoros), que se encontraron con Carlos de GH16  los muebles embalados.  A medida que iban descubriendo el nuevo mobiliario, la casa iba recibiendo a más inquilinos, entre ellos Carlos Lozano. El que fuera presentador de las primeras ediciones de Operación Triunfo (que vuelva ya, por favor), se sentía como pez en el agua y demostró lo mucho que le gustan las cámaras y lo cómodo que se siente al estar rodeado de ellas. Lizfanny Emiliano, ex concursante de GH10, modelo, presentadora, colaboradora etc, aseguró al presentador estrella de los 2000 que “le imponía”. La impresión de la mayoría de los espectadores, sin embargo, es que el prefijo im- sobra. Veremos en las próximas semanas a dónde llega la relación entre el madrileño y la dominicana. 

Como no podía ser de otra manera, el “universo Sálvame” estuvo muy presente durante la primera gala de Gran Hermano VIP 4, con rifirrafe incluido entre los defensores de Javier y Laura. Y esto solo en la primera gala, por lo que podemos deducir que el programa de Jorge Javier Vázquez tendrá mucho material para rellenar sus fructíferas tardes. También estarán en el centro de los debates vespertinos de la cadena de Fuencarral dos de sus colaboradoras estrella, Rosa Benito y Raquel Bollo, las concursantes que mejor se desenvuelven ante las cámaras y que seguro que nos brindarán grandes momentos. 

Por si fuera poco, la cadena del cinco quiso atraer aún más a la audiencia con la ganadora de la pasada edición de GHVIP, Belén Esteban. Una cámara recogió los movimientos de la gallina de los huevos de oro de la cadena de Vasile desde el backstage, atravesando el plató decorado para la ocasión con unas ostentosas lámparas y repleto de gente vestida de etiqueta con copas de champán en la mano, como si de una gala de Nochevieja producida por José Luis Moreno se tratara. Tras varias apariciones en plató a lo largo de la noche, la de Paracuellos emprendió el viaje a la que fue su casa durante tres meses para conseguir picos de audiencia disfrazados de “misión”. La “ganadora del año pasado”, tal y como repitió en varias ocasiones, fue la encargada de elegir a los capitanes de los dos grupos en los que fue dividida la casa, que resultaron ser Belén Roca y Julius. 

En definitiva, las impresiones de la primera gala de GHVIP 4 son buenas, con un casting similar al de la pasada edición e incluso más variado. A pesar de que los concursantes han estado muy parados, no hay que olvidar que acaban de tener la primera toma de contacto con la casa y que por el momento todo son sonrisas, pero no faltará mucho hasta que lleguen las lágrimas. A priori, el mayor problema del reality es la falta de la figura de Belén Esteban, que se convirtió en la protagonista indiscutible del año pasado y que nos proporcionó momentos inolvidables que pasaron a la historia de la televisión. ¿Conseguirá repetir la cuarta edición del formato VIP del concurso de convivencia el mismo éxito que su predecesora? Como dijo ayer Sandra Barneda, GHVIP ya forma parte de la historia de la televisión. Ahora solo falta que siga formando parte de la historia viva.