Un enorme logo
de Eurovisión presidiendo el escenario. Con la V tallada en forma de corazón
teñida de rojo y amarillo, para que quedara claro que el bochornoso espectáculo
que nos ofreció ayer la televisión pública era español. Así fue la gala
en la que conocimos que Barei será nuestra representante en Estocolmo, donde se
celebrará la 61ª edición de Eurovisión. Un espectáculo que nos vendieron como una
apuesta moderna e innovadora, distinta e internacional, con elementos nórdicos,
en la que el único elemento nórdico que pudimos encontrar fue Loreen. Por un
momento nos hicieron pensar que, por fin, TVE se iba a tomar este año en serio
el show musical más importante de Europa. Y lo peor de todo no es que los
españoles retrocediéramos en el tiempo con una producción digna de 2005; lo
peor de todo es que Europa también pudo seguirla en directo a través de la web
oficial de Eurovisión. ¿En qué lugar nos deja todo esto? ¿Qué percepción pueden
tener los eurofans europeos de un país que elige a su representante en una gala
donde se recurre al playback para cubrir las evidentes carencias de sonido?
Nos temíamos lo
peor cuando, al inicio del programa, los seis candidatos aparecían en plató uno
a uno para “interpretar” un fragmento de sus temas. Haciendo playback. Sí, porque el playback
sigue existiendo en 2016. Todo esto cobró sentido cuando, una vez avanzada la
gala, el equipo de realización utilizaba estos fragmentos para recordar las
candidaturas al público en sus casas. De esta forma no tuvimos que soportar una vez más el pésimo
sonido de la gala producida por Viento y Agua Films. Un sonido caracterizado
por una base musical que apenas se percibía junto a unos coros que intercambiaban
los papeles con la voz principal. También se pudieron notar fallos de sonido en
las conexiones con la Green Room, que lo único que tenía de verde eran los
cables del suelo. ¿No se pudieron arreglar esos fallos antes de la noche de
ayer? ¿Se puede dar luz verde a una gala televisiva tan pobre susceptible de ser juzgada
internacionalmente?
Tampoco ayudó la
presencia de los familiares y amigos en la Green Room que, más que transmitir
emoción y tensión, transmitía un aire rancio a una gala que tuvo que apostar
más por una relación simbiótica con las redes sociales para aportar ese punto de modernidad, pero en cambio, quedaron relegadas
a unas pantallas casi imperceptibles por el espectador al fondo de la “sala
verde”.
El decorado
tampoco se quedó atrás, aunque no fue lo peor de la preselección. Quizás porque
tampoco esperábamos nada mejor. En cuanto a las puestas en escena, no podemos
echarle toda la culpa a TVE. En las entrevistas previas a los seis candidatos,
todos afirmaban que su escenografía “iba a sorprender”, cuando la realidad es
que nos han dejado indiferentes y casi tan fríos como la iluminación en plató.
Ese inconfundible halo blanco que hace acto de presencia en la mayoría de shows
españoles, que resta intimidad a todos ellos. Una iluminación que casi nos
hacía percibir las grapas de la tela negra (o gris por la proyección de la luz)
que recubría el escenario, en la que tampoco podían faltar los típicos leds
blancos que se encienden y se apagan como si de un árbol de Navidad se tratara.
Personalmente, este
año confiaba en que TVE haría un buen trabajo, pero no ha sido así. Al menos
este año podemos presumir de un buen nivel en cuanto a las candidaturas de
Barei, Electric Nana, María Isabel, Salvador Beltrán, Maverick y Xuso Jones,
aunque la noche definitiva no les haya hecho justicia.
Lo único bueno de esta gala han sido Loreen, el triunfo de Barei (los concursantes en general, desde luego no sus actuaciones) y esta entrada. Gracias por poner en palabras lo rancio que ha sido todo, yo no podría haberlo expresado mejor.
ResponderEliminarPD Con decirte que durante un momento se ha ido el sonido de mi tele y ni nos hemos molestado en arreglarlo porque pensábamos que era otro fallo técnico te digo todo.
Muy de acuerdo, una gala muy cutre.
ResponderEliminarMe pareció una gala apresurada, hecha a correprisas y sin fijarse en lo básico. Creo que muchas canciones se pegaron el trastazo por culpa de la puesta en escena en directo. A Xuso ni se le escuchaba, las coreografías brillaban por su ausencia y, como tu has dicho, fallaba todo. Se esperaba mucho con toda la parafernalia que habían montado pero el resultado la sido pésimo. Gracias por la entrada!! :D
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